Nos hemos acostumbrado a pensar que el suministro eléctrico es como el sol, que sale todas las mañanas y no se apaga nunca. Pero la red eléctrica es bastante más vulnerable que el astro rey. Basta un simple pájaro para que 1.000 clientes descubran que los apagones son más reales de lo que querríamos.
Es lo que pasó el 1 de diciembre, poco después de las seis de la mañana en la zona de Aios, en Sanxenxo (Galicia). La presencia de pajaros en una línea de media tensión fue la causa del evento, según la proveedora, Naturgy.
¿Y cómo un simple pájaro puede provocar un apagón de 3 horas? Pues, según indica la compañía, y según leemos en La Voz de Galicia, probablemente el ave “tocó con las alas dos elementos (conductor y apoyo o dos conductores) cosa que provocó una diferencia de potencial que hizo saltar los elementos de protección de la línea”. O sea que, por seguridad se desconectó la línea y tuvo lugar el apagón.